jueves, enero 01, 2009

AMANECE UN NUEVO AÑO


Con la llegada de un nuevo año, sólo hace falta mirar cualquier informativo de hoy, vuelve la tentación de hacer balances y sintetizar lo ocurrido a lo largo del anterior, recién abandonado. Yo no voy a hacerlo, porque si seguís este blog, podeis haceros una idea bastante aproximada de lo que 2008 a supuesto para mí.

Otro clásico de estas fechas es hacer una lista de buenas intenciones, propósitos y deseos a cumplir en los próximos doce meses. Tampoco voy a seguir ese patrón en esta ocasión.

Simplemente me permito reflexionar sobre la actitud con la que, creo, deberia encarar el 2009.

Y utilizaré para ilustrarlo dos películas que he visto esta misma semana, tremendamente dispares entre ellas, pero que me permito conectar con un nexo de humanismo. La primera, "El Intercambio" de Clint Eastwood, continua la racha de films sobrios, austeros y sensibles que el director y actor americano ha elaborado en los ultimos años. Si tuviera que extraer lo más valioso del film, aparte de la elegantísima puesta en escena de un Eastwood que domina su estilo a la perfeccion, es el mensaje de la importancia de la tenacidad para mantener la dignidad.

La segunda la he visto esta tarde en la tele, mientras repensaba el contenido de este artículo, y ha iluminado mis vacilaciones con la ilusión de la infancia. Tv3 ha emitido hoy "Mr. Magorium y Su Tienda Mágica" -no todo pueden ser obras maestras- y reconozco que la he visto por Dustin Hoffman y sobretodo, por mi adorada Natalie Portman. Y claro, por muy simplona que sea la película, que lo es, me ha suscitado una simpatía evidente. Y su moraleja, lógica para una historia de su naturaleza, me lleva a la segunda reflexion: nuestra ilusión y nuestra capacidad para creer en nosotros mismos y en los demás, es un tesoro que debemos cuidar con mimo.

Ahora, después de esta reflexión tan inocente, me queda la triple pirueta mortal: estos días he terminado el primer volumen de "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust. La desbordante capacidad descriptiva de su lenguaje, la torrencial fuerza narrativa y rítmica de su poética prosa, y su profético desglose cual muñeca rusa del tiempo y el espacio me han dejado impresionado. Y si uno investiga mínimamente las circunstancias en las que su autor le dio vida, no deja de parecerle admirable su convicción y capacidad de análisis del ser humano.

Después de todo lo dicho, tengo necesariamente que concluir este post reuniendo las claves bajo las que deberia mirar al 2009: tenacidad, ilusión para dejarnos sorprender cada día ante las posibilidades que nos ofrece la vida y capacidad para analizar y destilar de todo ello lo que pueda ser más util para las generaciones que vendrán detrás de nosotros. Todos tenemos cosas que aprender, y cosas que enseñar.


Feliz Año a todos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me parecen muy atinadas sugerencias para la actitud del 2009 y me congratulo aún más por las sugerencias cinéfilas, literarias y -aun diría más- por el buen hacer de tu propia prosa últimamente. Yo sí me permito expresar una intención para el 2009: leer y paladear todas las entregas de tu blog. Abrazos.

11:59 p. m.  

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